Una vez iniciada la campaña, el priismo alista la maquinaria para hacer ganar al candidato de Mariano.

Los del tricolor y la llamada mega alianza, muchos dicen que lo largo de los nombres y no por el número de votos, confían en que su abanderado gane las elecciones aunque las encuestas lo posicionen debajo de sus adversarias.

La razón es simple y pura matemática. El candidato desconocido y sin mucha carrera tiene detrás la estructura priista con un voto duro firme, además del apoyo que se asegura ya tiene del aparato gubernamental.

Ese es el instrumento que ya empezaron a usar para tener recursos y llenar plazas para el candidato que ya va reforzado por otro de los ex aspirantes a la nominación y que dejó su curul en la cámara federal de diputados.

Ya inició la presión desde el aparato gubernamental y trascendió que el abanderado priista, colmilludo al fin, domó su carácter para dar una imagen afable al electorado al que busca ganarse y dejar atrás la cara displicente y chocante del funcionario y diputado local.

Con esto, quienes están aseguran que ha iniciado el crecimiento de su campaña, acompañado de la presión desde el gobierno, ahora falta ver si esto será suficiente para sumar los votos necesarios en un escenario multicolor, por aquello de que los colores ya no representan fronteras de ningún tipo y causa sorpresa el intercambio de militantes.