Ser pobre es más difícil para la familia que tiene un ser querido con enfermedad renal, pero lo es más para una madre que tiene a tres de sus doce hijos enfermos, y más aún cuando también vive un problema de juicio legal promovido por cinco de sus vástagos que quieren sacarla de la casa que fue su hogar por varios años, lugar donde nacieron sus hijos, donde vivió haciendo frente a las adversidades para sacarlos adelante, sin pensar que algún día tendría que enfrentar una situación legal promovida por quienes cuido como madre.

Difícil resulta para una madre vivir la angustia de tener a dos de su hijos sometidos a un tratamiento de diálisis y otra hija que desde hace dos años vive con tratamiento médico luego de que también le fue diagnosticado problemas de riñón, es la pena que vive la Señora Paula Martínez, vecina de la Comunidad de Santa María Texcalac, Municipio de Apizaco,

Lo delicado de la enfermedad obliga a que las condiciones donde habita un paciente con insuficiencia renal, sean las mejores para evitar infecciones que ponga en riesgo la vida del enfermo, por eso, la señora Paula solicita el apoyo del gobierno del estado para ayudar a quien enfrenta este padecimiento y mejorar las condiciones de vivienda, como es el caso de su hija.

"A mi muchacha ya la están dializando, Yo quisiera que le hicieran su cuartito porque su marido es campesino, quisiera que sus cuartitos me los cierren para que ella este sola en un solo cuarto. Tiene ella cuarenta años, ya estaba enferma de tiempo pero apenas le pusieron su catéter, se nos vio muy grave. Mi otra hija tiene 42 años, pero ella se está tratando porque ya presenta el cuadro de enfermedad de los riñones, ya tiene como dos años con el tratamiento, pero ella hay la lleva. Mi hijo tiene poco más de 30 años y ya va a ser dos años enfermo, a él ya los están dializando diario", explica.

La madre de familia también relata el problema legal que enfrenta con cinco de sus hijos, algunas personas le recomiendan alternativas, pero ella dice que de aplicarlas, sus hijos procederían contra ella.

Tristemente dijo estar cansada de soportar la situación legal e ingratitud. Pero eso aunque duele no la vence, refirió que continuará de pie, firme para apoyar a sus hijos víctimas de la enfermedad, dos atados a un catéter y otra más con tratamiento por el mismo problema de salud.

"Ya no aguanto oír tantas cosas, tantos gritos, las personas me dicen mételes una friega; capaz que me meten al bote ellos, si yo les pego me meten al bote ellos, ya no aguanto, ya no sé ni que hacer".

Aseveró que dos de sus tres pacientes con insuficiencia renal crónica cuentan con tratamiento del Instituto Mexicano del seguro Social, pero una no, lo que hace más difícil su atención al no contar con trabajo como consecuencia de su enfermedad, ser de escasos recursos económicos y tener que adquirir los medicamentos para su tratamiento.