De acuerdo a diversos estudios post mortem practicados por peritos y al trabajo de indagación por parte de oficiales de la Policía de Investigación adscritos a la Procuraduría General de Justicia del Estado (PGJE), se concluyó que fue de manera accidental la forma en que un menor perdió la vida en el interior de una alberca ubicada en el municipio de Emiliano Zapata.
De acuerdo a diversos estudios post mortem practicados por peritos y al trabajo de indagación por parte de oficiales de la Policía de Investigación adscritos a la Procuraduría General de Justicia del Estado (PGJE), se concluyó que fue de manera accidental la forma en que un menor perdió la vida en el interior de una alberca ubicada en el municipio de Emiliano Zapata.
El antecedente de este suceso ocurrió la tarde del 29 de marzo, cuando el servicio de emergencias 911 notificó a especialistas de la PGJE, la existencia de un cuerpo sin vida en el interior del rancho “Atotonilco”, ubicado en el municipio de Emiliano Zapata.
Acto seguido, el equipo de expertos de la dependencia estatal comandados por oficiales de la Policía de Investigación se constituyeron en el lugar indicado, donde corroboraron la existencia de un cadáver a un costado de una alberca, por lo que realizaron su levantamiento y su traslado al Servicio Médico Forense (Semefo).
Posteriormente, realizaron una exploración física en la cual constataron que el cuerpo no contaba con huellas de violencia; asimismo, después de efectuar la necropsia de ley, los especialistas concluyeron que la causa de muerte fue por asfixia mecánica por sumersión.
Poco después, se presentó ante el Agente del Ministerio Público una persona del sexo masculino, quien identificó el cadáver como el de su hijo, que en vida respondía al nombre de Julio N., que al momento de morir contaba con 17 años de edad.
Cabe mencionar, que los detectives de la PGJE en el lugar de los hechos recabaron diversas entrevistas con los testigos y compañeros de escuela del hoy occiso, en las que coincidieron que abandonaron las clases para convivir.
Asimismo, refirieron que el hoy occiso comentó que sabía nadar, por lo que se arrojó a la alberca de más de cuatro metros de profundidad; sin embargo, segundos después se percataron que no salió a flote, por lo que con ayuda de palos y una manguera trataron de brindarle auxilio, en virtud de que ninguno de ellos sabe nadar, pero a pesar de ello perdió la vida.
Por todo lo anterior y de acuerdo a los resultados de los estudios científicos y a los testimonios recabados, la PGJE concluyó que fue de manera accidental la forma en que el menor perdió la vida, por lo que la indagatoria será cerrada ya que no existe delito que perseguir.