Catalogado por él mismo como “no tan político”, Maximino Hernández Pulido reconoce que no le sale bien el abrazo de "Acatempan", pero sí entiende que la única manera de subsistir y sobresalir de un político es la de hacer un compromiso con la gente más que con los partidos políticos para ver más allá y tener una fuerza sinérgica con ellos.
Hijo de una madre viuda y quien en su momento vivió las carencias de la mayoría de la población, dice buscará trascender como pocos legisladores lo han hecho.
"Trataré de dignificar la figura de  diputado local, así como al Partido Acción Nacional (PAN) quien me cobijó con obtener el registro".
Y agrega, "la corriente humanista que coloca a las personas por encima de todo, la entiendo perfectamente pues conozco la filosofía del partido y la relaciono con la misma filosofía de la universidad jesuita donde realicé algunos estudios", remarcó.
A pesar de no ser militante del blanquiazul, Hernández Pulido, ve con buena imagen ser candidato externo y dice no quiere contradecirse en los hechos y en las palabras, ya que como dijo, a pesar de tener muchos amigos de diferentes partidos, les desea suerte e invita a que "llegue quién llegue" trabajemos duro todos los días de los tres años que se pasarán de forma muy rápida, por lo que pretende dedicarse a lo suyo y a recorrer su Distrito y escuchar a la gente, porque, como dijo, “por eso ya no hay políticos que trasciendan. Esos ya se acabaron. Ahora sólo de recuerdos viven..."
Su condición social lo llevó a ser más realista de la vida en este Distrito, donde dijo conocer gente con dinero, pero también taxistas, taqueros, comerciantes, franeleros, hojalateros, panaderos, amas de casa, quienes padecen de muchas carencias.
Mucha pobreza urbana (contraria a la rural), esa que es más difícil enfrentar sumado a las políticas de los gobiernos municipales contra aquellos que no se encuentran dentro del empleo formal y que por ende son perseguidos por encontrarse en el ambulantaje.
“La pobreza del campo, es relativamente más fácil de enfrentar pues la gente tiene sus gallinitas, sus frijolitos, verdura sembrada y cosechada por ellos mismos, es decir, salvan bien que mal su alimentación, mientras que la pobreza urbana, se enfrenta al hambre y cuando busca resolverla con un empleo informal, el gobierno persigue a los ambulantes”, y eso provoca descontento social ya que “ante el desempleo la gente sale a ganarse la vida y lejos de entenderlos, lo frenamos, pareciera que no hay sensibilidad de la clase política”.
En Tlaxcala, señala Hernández Pulido, “hay familias abandonadas, hay gente olvidada, gente que se le utiliza a través de programas sociales, pero que también se dan cuenta de ello, se dan cuenta que estos apoyos se multiplican cuando hay campañas”, fechas en la que dijo, ante su necesidad se ve en la obligación de aceptar una despensa o cualquier apoyo que el gobierno les lleve a condición de un voto.
"La política está tan pervertida que no se han dado cuenta que mucha gente agarra todo lo que les pueda sacar pero al final los premia o los castiga, eso ya no define el voto".
Finalmente, retomando el tema principal de su campaña, se funda a partir del análisis de las carencias de los sectores de los padres y madres, de sus hijos, a los cuales, les habrán de darse estudio, educación, principios, valores y la esperanza de una vida, en esta entidad.
"Lo más importante de todo es que Tlaxcala, a pesar de sus políticos, representa hoy en día una buena opción para vivir, invertir, encontrar cultura, tradición y el cariño fraterno de sus habitantes".